En algún lugar del oceáno Atlántico, existe una isla donde el tiempo se para…
La isla es beige y azul salpicada de blanco por sus casitas y de negro por sus piedras volcánicas.
Nos encanta la paz que se respira en cuanto llegas, el no tener nada que hacer más que preocuparte de por qué lado sopla el viento para hacer planes por el otro.
De día… excursiones, andando, en bici o en «taxi local» (no hay muchos coches, de hecho no hay carreteras asfaltadas)
Descubrimos sus secretos y «tesoros»: cuevas, corazones de conchas, serpientes de piedras redondas…
Nos chiflan todas sus playas: «la Francesa» por un lado, playa Alambra al norte, el barranco de los conejos, Pedro Barba… sus montañas de cuento (montaña amarilla, montaña clara…) su agua transparente y turquesa…
No nos podemos resistir a merendar un pastel de la panadería del pueblo, sentados en el muro del puerto (punto de encuentro y reunión local).
Nos encanta la amabilidad de su gente, que nos informen del tiempo que va a hacer y nos recomienden para qué lado de la isla ir, según sople cada día.
Soñamos con quedarnos cada vez que vamos… pero siempre volvemos… quien sabe, puede que algún día…
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hola Carlota…es un paraíso!!!…no vemos la hora de volver…porque repetiremos…bueno «cuatripetiremos»
Enriqueta sigue …por lo menos su pensión y el restaurante.
Muchas gracias por visitar el blog!
15 años después esta igual que lo deje!!!!!!
Aun sigue la señora Enriqueta preparando pescado en su guachinche?
Por cierto, felicidades por el blog…